Comenzando en Auvergne, famosa por sus inactivos volcanes verdes, el camino atraviesa ondulados paisajes verdes y rocosos. Este tramo puede dar la impresión de estar habitado mayormente por ganados de ovejas y vacas que por personas si no fuera por las numerosas capillas medievales, iglesias, torres y ciudades bien conservadas que los peregrinos descubren cada día.
