Debido a la ubicación de la ciudad entre el río Tajo y su afluente, el río Almonda, Golegã está en una posición privilegiada para una ciudad con un enfoque en la agricultura. Concedida a la Orden del Temple con fines agrícolas en el siglo XII, Golegã siempre ha sido una ciudad agrícola y hoy en día alberga la Feria Nacional del Caballo que se celebra cada año en noviembre. Desde el siglo XII también ha es una localidad conocida por sus esfuerzos para dar la bienvenida a los peregrinos. Cuando estés en la ciudad, asegúrate de visitar la Igreja Matriz da Golegã en la plaza principal, con su exquisita puerta manuelina, su sencillo interior y sus maravillosos azulejos.

El centro medieval de Tomar es un lugar atractivo para relajarse después de tu caminata por el Camino. Trata de guardar algo de energía para visitar el Castillo de los Templarios, el Convento de Cristo. Este sitio, declarado Patrimonio de la Humanidad, te permitirá presenciar de cerca las influencias de la arquitectura gótica, manuelina y renacentista. Cada una cuenta una parte de la historia de Portugal, desde su fundación hasta la Era de los Descubrimientos. Enrique el Navegante fue nombrado Gran Maestre de la Orden Militar de Cristo (que tenía su sede en Tomar) y mantuvo este puesto durante el resto de su vida.

Este monasterio fue construido en 1648 para reemplazar el antiguo convento medieval que fue afectado por inundaciones. La fundadora de la antigua abadía fue la Reina Isabel, quien fue canonizada en el siglo XVII. Sus restos fueron trasladados en una gran procesión desde el antiguo convento hasta el nuevo y colocados en una tumba de plata en el altar mayor. Con la muerte de la última monja en 1891, el convento se mantuvo durante un tiempo como un colegio misionero hasta que en 1910 fue tomado por el Ejército. Sin embargo, en 2006 el monasterio fue devuelto a la Hermandad de la Cofradía de la Reina Santa Isabel. Ahora abre a diario, y no deberías perderte la oportunidad de visitar este hermoso lugar de descanso de la Reina Isabel.